martes, 29 de marzo de 2011

Educando desde el nacimiento

LA CREATIVIDAD Y LAS ARTES

Por mi formación como docente de escuelas y tío de varios sobrinos, he tenido mucho tiempo para observar y aprender sobre los niños y sus distintas etapas de crecimiento. En teoría todos nosotros desde que nacemos y hasta aproximadamente los 3 años de edad forjamos nuestro carácter. Por ese motivo organice mi vida para poder hasta esa edad educar a nuestra hija y no mandarla a las llamadas “Salitas” hasta alcanzada esa edad.

Creo yo ser muy importante aprovechar este periodo para que los padres transmitan a sus hijos aquellos valores de vida que muchas veces nos llevan años tomar conciencia y disfrutar del la existencia en esta vida. Yo al ser músico y actor utilice siempre esos oficios para transmitirle dichos valores y pequeñas (y no tan) verdades que uno cosecha en tantas siembras a veces abundantes y a veces muy magras. Para ponerlo de alguna manera, lo que por ejemplo a mi me ha llevado muchos años aprender, a nuestra hija ya se lo transmití, ya lo disfruta y lo evoluciona.

En la historia de la música se estudia que lo primero, antes de la melodía fue el Ritmo. Seria la proporción que se guarda entre el tiempo de un movimiento y el de otro diferente. Los ritmos cardiacos de nuestro corazón, alguna gotera en la vivienda, el Tic-tac de un reloj o nuestra respiración. La repetición de la simple observación del Sol saliendo y poniéndose todos los días con un tempo y ritmo constante. De esta manera nuestra hija tuvo contacto con el ritmo ya desde temprana edad a través de botellitas de plástico que le llenaba con arroz, o cualquier instrumento real o inventado que al sacudirlo produjera el efecto de una Maraca. Cuando caminamos tenemos ritmo, nuestra propia vida termina adaptándose a un ritmo particular que se convierte casi en un metrónomo rutinario sin mayores cambios de velocidad.

Hoy por hoy pareciera que ese ritmo se ha convertido en uno vertiginosamente rápido, y es por eso que considero tan importante el enseñar a nuestros hijos desde temprana edad a estar en contacto con él. Saber que podemos percibir nuestro ritmo y a partir de allí manejarlo para nuestro beneficio.

A medida que crecía nuestra hija le fui haciendo conocer diferentes formas de marcar ritmos, y fueron evolucionando a palmaditas para que sintiera las diferentes formas de marcar ritmos. Cada cuatro, cada tres y buscando su participación en el juego para que se acoplara imitando las mismas. Luego al tener tantos instrumentos en mi hogar, fui mostrándole como golpear la Bateria (algo que hasta hoy le encanta hacer)

Las canciones que solemos cantarle durante el día o antes de dormirse se ocupan de ir educando su oído musical. La ventaja de ser músico es que uno muchas veces de tanto repetir una y otra vez las mismas canciones empieza a inventar nuevas. Letras inventadas a veces incluyendo cosas lindas que uno vivió ese día. También cambiarle la letra a alguna canción ya conocida. Es verdaderamente gratificante ver como responden con una sonrisa al escuchar esas letras a veces hasta disparatadas. Es hasta el día de hoy que a Luana le canto una canción que le invente de bebe y que habla de su peluche preferido, que lamentablemente se perdió un día paseando con el cochecito.

Fui mostrándole como era que dichas maracas inventadas con distintos envases sonaban y ella miraba con asombro e interés como lo que contenían era arroz.

También de bebe, alrededor de las 6 u 8 meses, le regale un teclado de esos para niños mas grandes que tiene un montón de canciones listas para sonar, o ellos mismos pueden tocar sus teclas. Hasta el día de hoy juega con dicho teclado y hasta hemos compuesto algunos temas ;)


La música es un lenguaje universal, no hace falta estudiar un idioma para entenderla, el Ritmo, la Melodía, la Armonía es siempre bienvenida en los niños. Ellos van reconociendo con el tiempo distintas variaciones de golpes, ritmos, y hasta saber cuando una melodía es triste y cuando es alegre tan solo por escucharla.

Cantarle antes de ir a dormir es algo no solo útil para ellos sino que también para uno, porque casi siempre terminamos cantando con la boca cerrada, emitiendo sonidos con la “M” y al resonar en nuestra cabeza nos va tranquilizando y relajando. Me ha pasado, y me sigue pasando, que muchas veces me quedo casi dormido a su lado. Canto las mismas canciones desde que nació y que serán unas 5 o 6, de las tradicionales y de las inventadas. Mas allá de los cuentitos, pero eso lo dejo para otro capitulo.

El Ritmo esta en todo lo que nos rodea. Podríamos clasificar a los ritmos de la vida en cinco.

El primer ritmo la podemos llamar “El Staccato”, es un ritmo picadito y muy rápido, lo podríamos comparar con el movimiento de los espermatozoides en su alocada carrera hacia el ovulo femenino, movimiento veloz y muchas veces caótico en su forma. Podríamos hacer una analogía con la energía que tenemos los hombre, activa, rápida, y con un objetivo claro, ser el primero ;)

El segundo ritmo lo llamaremos “El Legato” este movimiento esta basado en unir sonidos sin articular una separación a través de la interrupción del sonido. Analógicamente podría ser representado por el movimiento del Ovulo en las Trompas de Falopio. Un ritmo más pausado, receptivo, ondulado y sin ninguna prisa. También podríamos comparar con la energía más femenina, La Tierra que da frutos, que nos contiene y que permanece siempre ahí debajo de nuestros pies.El tercer movimiento seria el “Kaos” cuya etimología del latín significa desorden (dicho sea de paso “Cosmos” significa orden). Utilizando las analogías anteriores, seria cuando el espermatozoide ya esta dentro del ovulo y entre ambos comienzan una alocada división célular en un movimiento caótico casi incontrolable. El clímax de una orquestación.

El cuarto movimiento lo llamaremos “El Lírico” es cuando del Caos se pasa al Cosmos, del Big Bang al Universo, del Zigoto al Feto. Es un movimiento sensible e impregnado por el sentimiento de la nostalgia. Es un estado de paz profunda y quietud.

Por ultimo, el quinto movimiento seria “El Silencio”, el estar callado la ausencia de ruido, una pausa musical. Una nota que no se ejecuta. Mozart defendía los silencios en sus composiciones musicales pregonando la importancia del mismo y considerándolo parte de la música. Es en ese estado que nos preparamos para comenzar algo nuevo.

Si de niños aprendemos a reconocer los ritmos en lo que nos rodea, sabremos también reconocer y disfrutar de dichos movimientos en nuestra propia existencia, siendo metrónomos de nuestra propia vida ;)